jueves, 14 de abril de 2011

¿ Retranqueo o levantá?

En estos días, en las hermandades tienen lugar los últimos retoques, se ultiman los más mínimos detalles, y los priostes se visten de faena para trabajar muy duro. Sin duda, es admirable el trabajo que, contra reloj, realizan estos “héroes”. Asímismo, una vez que ya está todo, tienen lugar los llamados retranqueos, que no levantás.
Los retranqueos, los cuales, no todos conocen, forman parte de la intimidad de nuestra Semana Santa  y del goce de cofrade. Julio Domínguez Arjona (2007), señala que el retranqueo consiste en la colocación de los pasos, una vez terminada la preparación y montaje de los mismos, en el lugar donde se quedaran definitivamente hasta el momento de la estación de penitencia.
Efectivamente. El retranqueo consiste única y exclusivamente en eso, en trasladar los pasos al lugar desde donde saldrán en procesión. En el mismo, tendrán lugar unas deliberadamente “fuertes” levantás, donde los priostes puedan observar que todo está en orden y así, no dejar un mínimo resquicio a la improvisación.
En cambio la realidad es muy distinta. Hemos llegado a un punto donde los retranqueos se han convertido en verdaderos espectáculos, en los cuales, no se mira tanto que el prioste pueda realizar su trabajo, como el disfrute de los costaleros o los propios asistentes en sí. Por ejemplo, ¿ Cuál es la razón de poner música? ¿verdaderamente es necesario para la labor del prioste poner música?. La música lleva inconscientemente al costalero a no mirar tanto por facilitarle la labor a los priostes, como por su disfrute propio y personal, lo cual es obvio aunque no entendible.
El Señor reparte gracia y esperanza un sólo día al año, y ese debe ser el momento de la música, del costalero, del nazareno, del monaguillo y de todos los hermanos. La transformación de los retranqueos en levantás, es intentar conseguir un fin “darle a la gente lo que pide” a través del falso medio, el retranqueo.

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