Todos igual, todos los años igual. Ya sea en marzo, en abril, en mayo o en agosto. Año tras año todos los cofrades nos vemos ahogados en la impotencia de no poder luchar contra la naturaleza. De no poder hacer nada al ver que todo un año de duro e ilusionante trabajo se va consumiendo como si de un cirio de tratase. Días como hoy, tarde de martes Santo, hacen que Sevilla se vista de luto y proclame al mundo la fe, la nostalgia y el sentimiento más intenso.
Vivir la semana Santa en todo su esplendor también, afortunada o desgraciadamente, conlleva vivir momentos como estos. Momentos de nervios, momentos del nazareno que no deja de enroscar su dedo en el pabilo rizado de su cirio, del monaguillo que por primera vez no se mueve, del costalero que se refugia bajo el manto de su Madre, del capataz que se propone transmitir serenidad, momentos de Esperanza.
En Sevilla existen dos estaciones meteorológicas oficiales: tablada y el aeropuerto. Según los datos difundidos por estas dos estaciones abril es el mes más complicado en cuanto a precipitaciones en Semana Santa. En primer lugar, es uno de los meses con menos días despejados (entre 5 y 6 días). En segundo lugar, es uno de los que tiene más días de lluvia (6 y 7 días), sólo superado por diciembre y enero. Y en tercer lugar, es el mes que tiene más días de tormenta (2 días de media).
Además, otro dato cuanto menos curioso es que en nuestro calendario existen dos extremos: diciembre-enero y julio-agosto. Los demás meses del año van gradualmente buscando eso extremos. Pero si nos paramos a pensarlo hay un mes que está justamente en medio como los pollos. ABRIL.
Según comenta Carlos Espinosa (2009), esto ocurre debido a que en abril nos afectan aproximadamente las mismas borrascas atlánticas que en marzo, pero hay un fenómeno que se da con mayor frecuencia en abril: las Depresiones Aisladas en Niveles Altos, también llamadas “gotas frías”.
Por tanto, existen más posibilidades de que no llueva en marzo que en abril. Según el estudio realizado por Julio Marvizón publicado en el Boletín de las Cofradías nº 331 (abril 1987), las fechas más críticas de lluvia se sitúan en torno al 8 de abril. Por el contrario, las más secas son las anteriores al 24 de marzo.
Mientras tanto, a los cofrades sólo nos queda sentarnos en el sillón de casa, bajar la luz, echar un poco de incienso y, mientras nos peguntamos por el porqué de todo esto, ver el DVD de aquellas cofradías que nos hemos quedado sin ver.
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